Subir o bajar de la montaña constituye la realización de actos trascendentes, que dejan huella -perceptibles en mayor o menor grado- en el alma de los humanos, influyendo en el ánimo y por ello en el comportamiento. Llegar a las montañas es verdaderamente el gran hallazgo que nace del eterno anhelar del espíritu. Elevarnos en esos escenarios de piedra, agua, hielo y luz, sobre todo luz, es caminar hacia la liberación, el gran sentimiento de la cima. En la ascensión, travesía o escalada a las cimas, es donde verdaderamente podemos "probarnos" a nosotros mismos sin engañarnos con "experiencias prestadas". Nietzsche situó a Zaratustra en las montañas alpinas, Buda nació en el Himalaya, Sinaí fué en sus escarpaduras escenario de Dios y de Moises, el Arca de Noé zozobró en el monte Ararat... Todas las montañas de la Tierra son mágicas y constituyen un bosque inmenso de símbolos.

César Pérez de Tudela

lunes, 12 de noviembre de 2012

La Maliciosa, desde La Barranca

Situada fuera del cordal que constituye la Cuerda Larga, encontramos una de las montañas más bonitas de la Sierra de Guadarrama: La Maliciosa. Con sus 2.227 metros de altura constituye la quinta montaña mas alta de este sector del Sistema Central.

La Maliciosa, desde Las Postas.
Hoy vamos a intentar llegar a la cumbre por su vertiente sur, la más complicada pero a la vez la más bonita (ver otras ascensiones a La Maliciosa  aquí y aquí). Para ello, nada más pasar el pueblo de Navacerrada en dirección al Puerto, tomamos el desvío hacia Cerceda y poco después cogemos la pequeña carretera que termina junto al área recreativa y el hotel La Barranca.

Las nubes abrazan el valle del río Navacerrada.
Aparcamos el coche y, mientras nos preparamos, echamos un vistazo a la ruta de hoy.

La ruta de hoy en la foto...
...y sobre un mapa. © IGN
En todo momento las nubes ocultan la cumbre de La Maliciosa. Una vez pertrechados emprendemos el camino. Lo primero que vemos es el pequeño embalse del río Navacerrada que nos ofrece una imagen preciosa.


Colores otoñales.
Cruzamos al otro lado del río por el muro de la presa.


Cruzamos el río.
Enseguida comenzamos a subir. El desnivel desde La Barranca hasta la cumbre de La Maliciosa es de unos 850 metros que deberemos superar en apenas tres kilómetros de recorrido.

Subiendo hacia Los Almorchones.
Nuestro primer objetivo es alcanzar la cuerda de los Almorchones. Durante la subida comienza a lloviznar y el sol compite con las nubes, creando un enorme arcoiris junto a nosotros.

Javi y el arcoiris.
Continuamos con nuestra subida. En este primer tramo el estrecho sendero discurre entre jaras y piornos.

Entre las jaras.
Cuando llegamos a la loma de los Almorchones vemos una alambrada y pasamos al otro lado por un tramo en el que hay tumbados unos postes. En ese momento comienza a llover con algo de fuerza, así que nos refugiamos en un pequeño abrigo entre las rocas.

Javi en su refugio.
El chaparrón dura poco y enseguida iniciamos la marcha. El siguiente objetivo es llegar a la base del espolón rocoso llamado El Peñotillo, que se interpone entre nosotros y La Maliciosa.

La pendiente se acentúa.
Este tramo es más duro que el anterior, por lo que el ritmo se hace más lento. Tenemos que llegar a la base de la pared rocosa y rodearla por la derecha.

Atrás se ve el embalse de Navacerrada.
El paisaje hacia el sur es magnífico y a pesar del esfuerzo disfrutamos con la subida.

El Peñotillo.
A veces el paso se complica, pues es sendero es empinado y se retuece buscando el mejor paso entre las rocas situadas en la base del Peñotillo.

Un pequeño chorro de agua cae por la pared.
Por fin alcanzamos el pie de la pared. Ahora giramos a la derecha, siempre pegados a la roca, por un tramo más o menos horizontal del sendero.

Ya estamos a unos 2000 metros de altura y la temperatura es bastante baja. La nube que lleva todo el día agarrada a la cumbre nos envuelve y no nos permite ver el tramo final de la subida: una pronunciada pendiente en un terreno de piedra suelta bastante inestable. Comienza a nevar.

Última rampa...
...bajo la nieve.
Entre la niebla vemos el poste de madera que nos indica que estamos cerca de la cima. La pendiente se va suavizando y giramos a la derecha. Pronto vemos el vértice geodésico de la cima. ¡Hemos llegado!

La Maliciosa. 2.227 metros.
En la cumbre.
Desde que salimos de la Barranca hemos empleado dos horas y media en subir, incluyendo la parada por la lluvia. No está mal.

Aquí arriba no hay donde guarecerse del viento, así que comemos un bocado rápido para reponer fuerzas e iniciamos el descenso hacia el collado del Piornal, situado entre la Maliciosa y La Bola del Mundo.

La niebla desaparece cuando descendemos hacia el pluviómetro que existe en el collado.

El Collado del Piornal.
Justo en este punto nos desviamos del camino hacia la izquierda, para tomar el sendero que baja hacia la Barranca pegado al arroyo del Cancho Negro, cuyo nacimiento está aquí mismo.

Nacimiento del arroyo.
La bajada es rápida ya que no queremos que nos sorprenda otra vez la lluvia, porque aquí no hay donde refugiarse.


Bajada por el barranco del Cancho Negro.
El arroyo va aumentando su caudal con el aporte de los numerosos regatos de agua que hay en ambas laderas.

El arroyo va creciendo.
En nuestro rápido descenso llegamos a los primeros árboles. Los de hoja caduca destacan entre los pinos con sus colores de otoño.




Ya en el pinar el camino se hace muy suave. Disfrutamos del entorno tan bonito y de la soledad: hemos hecho todo el camino solos, si exceptuamos a unos cuantos montañeros que vimos cerca de la cumbre de la Maliciosa.

En el pinar.
Tras un breve paseo entre los pinos llegamos a la Fuente de la Campanilla. Descansamos un poco y bebemos un trago de su agua helada.

La fuente de la Campanilla
Un poco más abajo de la fuente nos encontramos con una ancha pista de tierra, que tomamos hacia la izquierda. Ya estamos en el tramo final de nuestra excursión de hoy.

Por la ancha pista de tierra.
Llueve ligeramente, pero el paseo es tan agradable que no nos importa.

El río Navacerrada.

Unos pocos cientos de metros más y llegamos al embalse, donde iniciamos el recorrido hace unas cinco horas.

El embalse del ejército del Aire.
Y después de una merecida cervecita, nos volvemos a casa disfrutando de la charla y de una buena música. No se puede pedir más.

1 comentario:

  1. Pues a ver si para la próxima puede ser que coincidamos..
    ya no me quieres snif snif

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